El análisis del cuento nos permitirá extraer los temas principales y, con ellos, la enseñanza que nos intenta transmitir.
Según Bettelheim, por ejemplo, en el cuento de Bucles de oro, (que en principio era el cuento de los 3 ositos) con el paso del tiempo se fueron variando muchas cosas.
Se cambio de oso grande, a papá oso; de oso mediano, a mamá osa, de oso pequeño, al bebé oso, y de una intrusa en una casa, a una niñita sin malicia que estaba sola.
Estas variaciones cambian todo el significado de la historia; ya no representa una simple intrusa que invade una casa y se apodera de cosas ajenas, sino que ahora es una clara amenaza para la seguridad emocional de la familia.
Sin embargo, a medida que nos adentramos en la historia, aunque al pequeño osito le comieran su comida, y lo dejaran sin sillita, vemos que la niña no lo ha hecho con esa intención, no hay personajes malos en este cuento. Nos compadecemos de los ositos por el allanamiento sufrido, pero por otro lado, también nos compadecemos de la pobre bucles de oro, que está sola, y no sabemos de dónde viene y si tiene o no a alguien.
También comenta el trasfondo que hay con el número 3. (El número del pecado, el número del sexo)
Tres osos, tres platos, tres sillas, tres camas, e incluso en algunas versiones de este cuento, la niña llama tres veces a la puerta, en otras hace tres pasos antes de entrar en la casa de los ositos, o realiza 3 acciones consecutivas: 1º- mira por la ventana. 2º- Mira por la ranura de la puerta y 3º- Abre la puerta (esto también lo asocia a la curiosidad del niño para saber lo que hacen los adultos detrás de las puertas cerradas).
La asociación que hace al sexo, es el sexo del niño; el niño quiere y necesita encontrar su sexo, su sitio, el más adecuado para él. Por ejemplo, a Bucles de oro siempre le llama la atención primero el plato, o la silla de papá oso; sin embargo no queda convencida de que esa sea la mejor opción para ella, porque la sopa está demasiado caliente, y la silla demasiado dura, No cumple las necesidades de Bucles de oro; pero en cambio con el osito sí, le van a medida. Le gusta su sopa, su cama, pero su silla no. Al sentarse la destroza con su peso.
Con la madre le pasa pero distinto. Por ejemplo, al tomar la sola, está demasiado fría, no es apropiada para ella, ya no tiene la calidez que tenía, ahora es demasiado fría para ella, ya no cumple las necesidades requeridas por la niña, y le sucede lo mismo con la silla. Es demasiado blanda. Esto significa que Ricitos de oro ya no quiere esa suavidad, con la que nos suelen envolver las madres, no quiere volver a eso.
El papel de la niña no es ni el de padre ni el de madre ni el de bebé en esta familia, la niña, Bucles de oro busca su sitio.
Cuando están a punto de descubrirla en la cama durmiendo se escapa por la ventana de un salto.
Para Bettelheim esto da a entender al niño que ante un problema, huye. En este punto de la historia. Cuando ya se ha marchado de casa de los osos, para éstos no ha significado nada, la niña se marcha y siguen igual con sus vidas. Pero no sabemos nada de Bucles de oro; no sabemos si se pierde por algún bosque cercano, o si se rompe una pierna al saltar por la ventana.
Este final nos dice que el niño no puede encontrar una madurez emocional, porque no sabemos qué pasa con Bucles de oro; Lo único que puede extraer Ricitos de oro con esta experiencia en la casa de los osos, es la regresión a la etapa infantil, y esto no nos soluciona las dificultades del crecimiento.
Esta es una de las posibles versiones que se pueden hacer de un cuento. Como ya he comentando anteriormente, los finales felices de los cuentos se hicieron para que no fueran tan duros, con los finales tan dramáticos que tenían los cuentos en su principio. Hay otro final de Ricitos de oro, en el cual es querida por los ositos, y mamá osa la acompaña a su casa, y le enseña el camino para que no se pierda nunca más, y pueda regresar a jugar con el osito, cuando ésta lo desee.
Un cuento es un tipo de género narrativo escrito en prosa, es un relato breve que narra hechos ficticios, con intención de entretener, divertir, moralizar, etc. La palabra cuento proviene del latín computus que significa contar; contar, pero contar cifras. De ahí pasó a contar anécdotas y luego a contar pequeñas historias… y así hasta hoy.
El cuento tradicional se remonta a épocas y pueblos primitivos, donde se relataban de forma oral, posteriormente se divulgaron en forma de recopilaciones como las de Perrault (S. XVIII), o como la de los hermanos Grimm (S.XIX). Dio lugar a los cuentos de hadas, cuentos heroicos, cuentos míticos, cuentos de animales.
El ser humano siempre ha sido contador y receptor de historias, nos imaginamos al hombre primitivo alrededor del fuego relatando oral y gestualmente algún suceso real o fantástico: el riesgo de sus aventuras de caza, el miedo sobrecogedor que provoca una tormenta con sus rayos y truenos o los misterios que se esconden bajo las aguas de los océanos. Estos relatos servían para amenizar las precarias vidas de los miembros de la tribu durante las largas noches, se decía que los cuentos se contaban para dormir el miedo.
La imaginación, la fantasía, la curiosidad por lo maravilloso y misterioso son capacidades del hombre, como también lo son la necesidad de distracción, de evasión y de expresar las emociones. Los cuentos a lo largo de la historia han servido para satisfacer estas necesidades, de las cuales surgen “la facultad de narrar” y “la capacidad de escuchar”.
Aún en la actualidad con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, los cuentos populares siguen teniendo un sitio privilegiado ya que pertenecen al folclore, al saber tradicional del pueblo. Lo que les ha permitido situarse al lado de los mitos, las leyendas, los romances y baladas. Estos cuentos nacen de una tradición cultural determinada y se trasmiten oralmente ya sea en las plazas públicas o en los propios hogares.
Los cuentos populares eran anónimos (aunque siempre hay un autor inicial) ya que cuando una comunidad se reconoce en el relato el autor se olvida y en ese momento el cuento se convierte en patrimonio colectivo del pueblo. Lo que permite actualizar un mismo relato acomodándolo a las formas de vida o a la diversidad de público. Sin olvidar las alteraciones producidas por contaminación de otros cuentos, olvidos, y la propia imaginación del narrador tan importante para que el cuento tenga mayor o menor éxito.
Un aspecto importante a resaltar es la difusión de los cuentos populares. A lo largo de la historia se ha visto como un cuento nacido en una determinada comunidad, que nos es desconocida, pasa a otra y luego a otra hasta llegar con versiones diferentes a lugares muy lejanos y apartados de sus lugar de origen, pero siempre manteniendo el fondo esencial del relato. Un ejemplo lo vemos en el cuento de “Cenicienta” ¿Cuándo surgió por primera vez? Es imposible responder, pero se sabe que existe una versión china escrita hace más de mil años. Se podría decir que el cuento es la narración por excelencia y debido a su variedad, en el cuento cabe todo lo real y lo maravilloso, la enseñanza y la diversión, lo trágico y lo cómico, el mundo cotidiano y el sueño misterioso, el mundo infantil y el del adulto, el amor y el odio, la crueldad y la bondad, la venganza y la generosidad.
Actualmente los escritores se centran más en la letra que en el mensaje que se quiere transmitir. Otro cambio importante es que antes los cuentos no solían tener final feliz, para que los niños pudieran ver las malas consecuencias que conllevaba desobedecer a los padres. Estos finales tristes, trágicos...permitían ver claramente que, por ejemplo, podíamos ser dañados por algún ser; una bruja, un ogro, un lobo, si no seguíamos las indicaciones del adulto. A lo largo de la historia se han ido modificando estos finales, para que no resulten tan chocantes, tan drásticos, para un niño que está empezando a entender, a sacar sus propias ideas. Por ejemplo en el cuento original de Blancanieves, ésta al quedarse atragantada por la manzana (que se la entrega una vieja desconocida) la niña se queda así; no viene ningún príncipe azul a salvarla y llevarla al castillo y hacerla su esposa. Aquí se ve claramente cómo ha cambiado el final, pasando de estar muerta o dormida profundamente a estar felizmente casada con un príncipe.
II- Tipos de cuentos
A-Cuentos populares o tradicionales:
De autor anónimo, transmitidos oralmente de generación en generación, de boca en boca, haciendo posibles los cambios necesarios para que la narración sea siempre de la época. Suelen empezar contando el principio de una historia para llegar al final, casi sin que importen los personajes, sino la historia que se nos relata.
B-Cuentos literarios o artísticos:
Escritos por autores conocidos y difundidos a través de libros publicados. Escritos por escritores (profesores, psicólogos) con una estructura determinada.
III- Estructura y características
Es bastante sencilla, un planteamiento dónde nos sitúa la historia y nos presenta a los personajes; posteriormente el desarrollo de la historia, y finalmente el desenlace habitualmente con final feliz - Ocurre un único suceso. - La historia siempre es planteada desde el principio. - Simplemente hay un mensaje por transmitir, una sensación. - No abundan los personajes, ya que no son de gran importancia porque en un cuento lo importante es el mensaje, y los personajes son meras escusas para explicarlo. - Cuando un personaje es malo, es malo totalmente. No es como la vida real, que todos tenemos partes buenas y malas, en el cuento, el malo es malísimo, y el bueno, buenísimo; a esto se le llaman prototipos maniqueos, que es con los que nos encontramos en todos los cuentos. - En cuanto a las palabras son muy importantes, ya que cada una de ellas puede tener un significante diferente para cada persona, lo que puede hacer que el cuento resulte más o menos agradable...
IV- Destinatarios y temática
Estaban o están dirigidos por norma general a los niños; para instruirlos moral y éticamente; para que con un cuento puedan sentirse identificados, puedan llegar a comprender una cosa tan sencilla como el bien y el mal, la astucia, la desconfianza. Estas historias alimentaban la imaginación del niño y estimulaban su fantasía. Los cuentos populares están por todo el mundo, por lo que hace mucho más difícil determinar su origen, pero lo que sí se sabe es el motivo por el que se crearon. Como comenté anteriormente los cuentos están hechos para formar e informar a la gente, es decir, que con el cuento los niños pudieran ver, lo engañosas que pueden resultar las apariencias, que lo bueno no siempre es lo más bonito. Y por otra parte informar a la gente de lo que ocurría en otras ciudades de la época. La temática de los cuentos populares es variada, pudiendo encontrar cuentos sobre el ingenio, la astucia y la habilidad, la responsabilidad, la confianza, la desconfianza, la bondad, la maldad, amistad, justicia, tolerancia, etc. Quiero terminar con un texto del escritor francés Jean-Claude Carriére: «Una anécdota persa muy antigua muestra al narrador como un hombre aislado, de pie en una roca cara al océano. Cuenta sin descanso una historia tras otra, deteniéndose apenas un momento para beber, de vez en cuando, un vaso de agua. El océano, fascinado, lo escucha en calma. Y el autor anónimo añade: -Si un día el narrador callase, o si alguien lo hiciese callar, nadie puede decir lo que haría el océano».